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Ariadna Mir (3º de Periodismo CESAG)
Carles Bover se graduó en Comunicación Audiovisual en el CESAG en 2014.
Palma.- La pastelería está más concurrida de lo esperado. Mucha gente ha venido a tomar su café de la tarde. Se oyen vasos, camareras ajetreadas y conversaciones casuales. Al final del local, en una mesa apartada, alguien alza la mirada. La persona que esperaba acaba de llegar. Se despide de dos periodistas y recibe a su próxima entrevistadora. Carles Bover Martínez se sienta mientras acomoda su frondosa barba. Su oscuro cabello y sus rasgos faciales le dan un aire un tanto arabesco. El director mallorquín es un gran apasionado de las causas sociales. Su corto Gaza ganó el Goya a mejor cortometraje documental el pasado 2 de febrero. Bover, junto a Julio Pérez del Campo, codirigió este proyecto para denunciar la vulneración de los derechos humanos en la franja de Gaza (Palestina) justo después del último gran bombardeo contra la población palestina, en 2014. Viste camiseta de Frida Kahlo y admite que aún no se ha acostumbrado a llevar gafas. Después de haber hablado una hora con dos periodistas, parece no estar cansado. Ahora se prepara para otra tanda de preguntas con su nueva interlocutora.
Pregunta.- De pequeños muchos sueñan con su futuro; algunos quieren ser bomberos, otros astronautas… ¿Y usted?, ¿siempre tuvo claro que quería dedicarse al cine?
Respuesta.- La verdad es que no tengo una historia muy romántica en ese sentido. Hay muchos cineastas que cuentan como, desde pequeños, empezaban a hacer películas caseras con las cámaras de sus padres. En mi caso no es así, nunca me planteé trabajar en el mundo audiovisual hasta que acabé el Bachillerato. En verdad no sabía muy bien qué estudiar, y en unas jornadas de orientación me explicaron la carrera de Comunicación Audiovisual. Empecé como una persona que no sabía nada de este mundo, ni el cine era parte importante de mi vida y cuando acabé no sabía muy bien en qué especializarme. Es más, mis profesores se extrañaron mucho cuando les comenté que quería hacer un máster en documental porque en ningún momento di a conocer un interés concreto. Simplemente surgió.
P.- Por lo general, todos viven un momento decisivo en el cual descubren cuál es el futuro que quieren para sí mismos. ¿Cuál fue su momento?
R.- Para mí fue un proceso de descubrimiento del mundo de la comunicación y del despertar de mi propio espíritu crítico que surgió muy tarde. El final el sistema educativo es como es y tampoco hace mucho hincapié en generar pensamiento crítico. Cuando estaba en tercero o cuarto de carrera surgió el 15M. Movimiento a raíz del cual me empecé a interesar por las temáticas que han acabado reflejándose en mis trabajos documentales.
“El sistema educativo es como es, y tampoco hace mucho hincapié en generar pensamiento crítico”
P.- Por lo que me ha comentado, nunca tuvo una idea muy clara de lo que quería hacer hasta que acabó la carrera. Pero cuando ha entrado en el mundo laboral, ¿ha acabado haciendo lo que esperaba?, ¿lo que realmente quería hacer?
R.- Como he tenido la suerte de no tener un futuro muy claro, he abrazado todo lo que me ha ido llegando. Planteándomelo cada vez como un nuevo reto. No se me ha roto ningún ideal o plan de futuro porque no lo tenía. Al final, la carrera me despertó muchos intereses y entre ellos el interés por el mundo académico. Incluso me apunté a un máster público pensando que en un futuro me gustaría hacer un doctorado. Así que, incluso a la hora de escoger el máster, no me estaba cerrando las puertas a hacer ortas cosas. Ahora me ha surgido la oportunidad de hacer documentales, los sigo haciendo y me sigue gustando. Pero me interesan muchas otras cosas a las que no estoy cerrado a hacer en un futuro.
P.- ¿Entrarían en ese futuro proyectos de distinta naturaleza o formato?
R.- En cuestión de temáticas no creo que me salga mucho. Yo lo veo más como a través de qué formato, canal o plataforma lo puedo abordar. Para mí lo importante a nivel personal es tener un vínculo con el tema que quiero afrontar. El documental es el formato que me viene mejor para mostrar este tipo de temáticas. En el momento en el que vea que un reportaje, una serie documental u otro tipo de canal sea capaz de darle voz a estos temas me lo plantearé igual.
Ariadna Mir (3º de Periodismo) durante la entrevista a Carles Bover.
P.- ¿Qué tiene el género documental para que lo elija como formato principal?
R.- Uso el documental como una herramienta para dar voz a los temas que me interesan o que desconozco. Tanto yo como mi compañero Julio vemos el género documental como una herramienta de transformación social. Es una vía para denunciar todas aquellas injusticias que no nos muestran los medios de comunicación. En el caso de “Gaza” pretendíamos dar difusión a una realidad muy concreta que se daba en la franja de Gaza. Fue un proyecto totalmente autofinanciado y sin ánimo de lucro. Y aunque esta aventura haya acabado en un Goya, era lo último que esperábamos. Nuestro objetivo era difundir lo que estaba pasando en una parte concreta del mundo y denunciar la vulneración de los derechos humanos. Y si todo lo que ha venido después ha hecho que este altavoz se multiplicara y llegase a mucha más gente, el objetivo está más que cumplido.
“Aunque esta aventura haya acabado en un Goya, era lo último que esperábamos”
P.- Ha dicho que se trata de un proyecto autofinanciado. Lo cual significa que usted y su compañero corrieron con todos los gastos del proyecto. ¿Qué les costó aproximadamente?
R.- No te sabría decir, porque no estamos hablando de un proyecto profesional en el que se paga el tiempo y las personas. En este caso, para nosotros fue como pagarse un viaje. En el cual teníamos que cubrir nuestros propios gastos. A todo esto se tendría que añadir el coste de las tasas para los festivales y las traducciones del corto, ya que hubo que traducir los testimonios que aparecen en el corto del árabe al español y al inglés. Todos estos costes los asumimos nosotros, pero no hemos calculado cifras exactas.
P.- España ha estado viviendo un cambio político constante durante los últimos años. ¿Qué piensa de esta situación?
R.- Todo este panorama político nos tocó a nivel autonómico a raíz de la gala de los Goya. Los distintos partidos políticos suelen enviar felicitaciones a través de redes sociales. Debido a estas felicitaciones se creó una especie de conflicto en las redes. Simpatizantes de extrema derecha (Vox), o de derechas relacionados con el PP, recriminaron al presidente del Partido Popular de Baleares la felicitación a nuestro proyecto, tachándonos de antisemitas y nazis. Muchos de ellos ni siquiera habían visto el corto. Me preocupa mucho que un partido tenga que plantearse no hacer estas acciones, escudándose en que no quería felicitar o dar apoyo a un proyecto que defienda tales ideas. De alguna manera todo ello retrata el panorama político actual.
P.- Este proyecto ha recibido muchas críticas y ha sido censurado en algunas ocasiones. ¿Cree que la gente confunde su intención de mostrar otra realidad con el posicionamiento político?
R.- Sí, hay que diferenciar dos partes. Por un lado la crítica injustificada. Promovida por todos aquellos que juzgan sin haber visto el cortometraje. Además, se nos dirigen insultos y palabras tan fuertes como “nazi”. A este tipo de gente simplemente no le damos importancia. Por otro lado, hay gente que no entiende cómo funciona el género documental. Muchos nos preguntan porqué no hemos dado las dos versiones de la historia. Para nosotros la respuesta es muy contundente. Algunos conflictos cuentan con víctima y agresor. No hay nada peor que dar voz por igual a los dos. Lo importante es denunciar lo que está sufriendo la víctima. Pero también hay que tener en cuenta que cuando se hace un documental se está aportando un punto de vista en concreto. Una mirada subjetiva.
“Algunos nos han tachado de nazis y antisemitas”
P.- ¿Ha pensado alguna vez en hacer un documental o algún tipo de material audiovisual explicando la otra cara de la moneda, dando voz a los israelís?
R.- No, la verdad es que no. Siempre decimos que el conflicto no es ni blanco ni negro tiene muchas capas de grises. Antes que abordar un documental dando la versión de Israel, prefiero abordar otras temáticas que estén silenciadas.
P.- ¿Qué le diría a todos aquellos que han criticado su trabajo?
R.- Les diría que al final todas estas acciones de censura tienen el efecto contrario al que ellos pretenden. Porque provoca una mayor difusión del contenido. No solo fue positivo para nosotros sino también para la población palestina.
P.- ¿Diría que la censura ha jugado a su favor?
R.- Sí, la verdad es que sí. No es algo de lo que nos sintamos orgullosos. Nos da verguenza que, hoy en día, se den este tipo de censuras cuando está claro que provienen de presiones por parte de la embajada de Israel o grupos de la comunidad judía. Estas agrupaciones defienden el sionismo. Una ideología alimentada por la propaganda del gobierno israelí.
P.- ¿Mientras estaban grabando seguro que encontraron dificultades y un paisaje humano muy variado. ¿Qué destacaría de su experiencia grabando en un territorio tan conflictivo?
R.- Fue una experiencia personal muy dura. Nuca estás realmente preparado para ver lo que está sucediendo en primera persona. Ni siquiera sabiendo lo que te vas a encontrar. Por otro lado, aparte del dramatismo de todos los testimonios que se muestran en el cortometraje, me gustaría reivindicar todo ese espíritu de lucha y esa ilusión de seguir adelante que tiene el pueblo palestino. Porque a pesar de estar en una situación tan dura no les faltaba la sonrisa. Muchos nos hacían el símbolo de la paz. Es más, allí no había gente sin techo o con dificultades para encontrar un sitio para comer, porque se ayudan entre ellos. Eso te hace reflexionar. ¿Cómo es posible que en Europa haya gente sin comida ni techo cuando no pasa en un territorio conflictivo?
P.- ¿Qué le sugiere la palabra muerte, usted que ha estado en territorios donde se siente su presencia?
R.- Más que vivir la muerte, nosotros vivimos una situación de posguerra. En el documental salen imágenes muy crudas relacionadas con cuerpos. Pero la mayoría de ellas son imágenes tomadas por activistas durante el conflicto. Nosotros la vimos a través de los testimonios, que son muy desgarradores y te acercan a ella. Eso hace que valores más la vida.
P.- Hace falta coraje para emprender un proyecto así. ¿No dudó nunca durante el proceso? ¿No tuvo miedo?
R.- Si no tuviéramos miedo ante esta situación estaríamos locos. Sabíamos que era un espacio donde no podríamos controlarlo todo. Siempre hay un miedo humano que no puedes controlar. Pero sabíamos que era difícil que volvieran a atacar la zona después de una agresión tan importante. Además, el hecho de tener pasaporte internacional nos blindaba de alguna manera. Porque ninguno de los dos bandos quiere enemistarse con otros países. Prefieren evitar conflictos diplomáticos. Aunque suene fuerte, estábamos más seguros que la propia población.
“Aunque suene fuerte, estábamos más seguros que la propia población”
P.- ¿Ha conseguido nuevos proyectos a raíz de este premio?, ¿qué supone para usted este galardón?
R.- Aún es pronto para saber cuáles son las repercusiones del Goya en forma de nuevos proyectos. Ahora mismo estoy trabajando en algo que ya había empezado antes de recibir el premio. Pero por el momento no he notado ningún efecto Goya. Por lo que me ha comentado gente que ya ha pasado por esta experiencia, no es que de la noche a la mañana todo el mundo quiera contratarte o vaya a financiar tus proyectos. Pero es una buena carta de presentación. Creo que por poco que sea el efecto Goya, será positivo para futuros proyectos. Para mí, ganar el Goya es algo que te llena de satisfacción, pero sobre todo de agradecimiento, porque siento que no es solo un triunfo a nivel personal sino que es un triunfo colectivo que me concierne no solo a mí sino a todos los que han apoyado o colaborado en el proyecto. Desde la familia y los amigos hasta el sector cinematográfico balear.
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Escucho programas de radio, mi favorito es “Carne cruda”. - Defínase en tres palabras.
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Poder vivir económicamente de mis proyectos. - ¿Qué obra artística le ha impactado más?
La delgada línea roja de Terrence Malick.